Descubre los polvos compactos para el rostro de Maybelline New York
Si pensamos en maquillaje es probable que lo primero que venga a nuestra mente sean productos como los pintalabios, las sombras de ojos, el colorete o imágenes de llamativos y glamurosos looks de belleza. Pero el maquillaje no siempre es eso, a veces recurrimos a él para lucir una piel más uniforme, suave, luminosa o mate… y nada más. Otras, este suele ser el primer paso para realizar un maquillaje completo. Y si nos quedamos en esa idea de “simplemente” embellecer la piel, hay un producto imprescindible: los polvos compactos. Los hay de muchos tipos (polvos matificantes, polvos fijadores, base en polvo…) pero todos tienen la misma misión: que nuestra piel luzca perfecta.
Encuentra los polvos de maquillaje perfectos para ti
Existen pintalabios brillo y mate, bases de maquillaje para pieles grasas y secas, sombras de ojos opacas e irisadas… Prácticamente cada cosmético cuenta con varias fórmulas o acabados para cumplir con necesidades concretas. Y los polvos no son una excepción. La primera gran clasificación distingue entre los polvos compactos y los sueltos; y es habitual que combinen varias funciones, que sean matificantes y selladores, translúcidos y matificantes… A continuación te damos más detalles:
Polvos translúcidos
La primera gran característica es que no aportan color y, por lo tanto, no modifican el tono de la piel o el maquillaje. Son muy reconocibles por su color blanco, que desaparece al integrarse con la piel. Tienen una función matificante o selladora, suelen utilizarse después de la base de maquillaje y, en muchos casos, como último paso de la rutina de belleza. Pueden aplicarse con una brocha o una esponjita y es fundamental retirar cualquier exceso que no haya absorbido la piel para evitar parches blanquecinos.
Polvos matificantes
Como su nombre indica, los polvos matificantes se encargan de controlar el exceso de sebo de la piel y acabar con los brillos indeseados. Suelen aplicarse en la zona T del rostro (frente, nariz y barbilla) y pueden tener color o no. Hay personas que los utilizan sobre la piel desnuda; mientras que otras los reservan para después de la base de maquillaje o el corrector. Muchos envases vienen con brochas planas o esponjas para facilitar su aplicación.
Polvos fijadores
Son clave para que nuestro maquillaje dure más tiempo, un imprescindible para los profesionales y, desde que están a nuestro alcance, también para el público general, ¿quién no querría que su look se mantuviera intacto durante horas? Igual que los casos anteriores, se pueden aplicar con brocha o esponjita y es conveniente utilizar la cantidad justa y necesaria para evitar que se acumulen en pliegues o arruguitas.
Bases en polvo
Las bases de maquillaje son general pero no únicamente líquidas. Las fórmulas de este producto se han multiplicado hasta cubrir prácticamente todas las opciones: las hay sólidas, en barra, en lata, en tubos de crema, líquidas, en aerógrafo, con textura mousse y, por supuesto, no pueden faltar las bases en polvo. En este caso es lógico que tengan color ya que, además de matificar o sellar, también tienen la función de unificar el tono, suavizar la piel o corregir manchas y otras imperfecciones.
Las bases en polvo son aptas para las pieles grasas ya que las partículas se absorben por la piel y actúan equilibrando la producción de grasa. En el caso de utilizarse en pieles secas, podrían potenciar esta característica aún más. Las bases en polvo suelen aplicarse con esponjas, presionando sobre la piel (en todo el rostro o en las zonas donde más se necesite); o con una brocha grande y redonda, desde el centro hacia el exterior de la cara para evitar que el polvo se acumule en nacimiento del cabello o la zona de la mandíbula al llegar menos producto. Igual que ocurre con las bases líquidas, hay que difuminar bien los bordes para huir del efecto máscara y conseguir un resultado natural.
Colorete, bronceador y otros polvos compactos
Ahora que ya hemos hablado de todos los tipos de polvos compactos que se utilizan para que nuestra piel se vea más bonita sin color, podemos pasar a otros como el colorete, el bronceador o las sombras en polvo, que sí pintan nuestro rostro. Esos productos también están disponibles en fórmula líquida, crema… y, para sacarles el máximo partido, es importante conocer sus ventajas.
Como te decíamos antes, los productos en polvo son especialmente recomendables para las pieles mixtas o grasas. Si has preparado la piel con un producto en polvo, seguir con esta textura hará que el maquillaje se integre mejor. Además, los productos en polvo son muy fáciles de trabajar con una brocha, aplicándolos poco a poco; y también son multifunción, porque pueden utilizarse en ojos, mejillas, nariz, frente… simplificando mucho la rutina. Elige siempre polvos de acabado fino para que su aplicación sea modulable y evitar los pegotes.
Y tú, ¿sueles utilizar productos en polvo o prefieres otras fórmulas?